sábado, 30 de noviembre de 2013

Un empleado de Zougam asume ante la juez que vendió las tarjetas del 11-M él solo

Un empleado del locutorio de Jamal Zougam asumió este miércoles (14/11/2013) ante la juez que fue él quien vendió personalmente a El Chino las tarjetas que se usaron el 11-M, sin que participase en la operación el único condenado por colocar las bombas. 

Tras él, corroboró esa versión un socio de la tienda, que aseguró estar presente en aquel momento y que ya había declarado en ese sentido ante el juez Juan del Olmo, aunque luego, llamativamente, ninguno de los dos fue propuesto para testificar en el juicio por la matanza. 

Fueron dos, por tanto, los testigos que refutaron ayer que las tarjetas fueran "suministradas" al grupo terrorista por Jamal Zougam, que es lo que afirma la sentencia por la matanza. 
El marroquí es el único condenado por colocar los artefactos, siendo la "principal prueba de cargo" contra él la identificación que hicieron en el juicio dos mujeres de nacionalidad rumana, ahora imputadas por posible falso testimonio. La orden que dio la Audiencia de Madrid a la juez Belén Sánchez para que investigue la venta de esas tarjetas, por su "evidente relación" con el presunto falso testimonio, llevó ayer al juzgado, primero, a Abderrahim Zbakh, que el 11-M trabajaba como asalariado de Zougam en su tienda de teléfonos en Lavapiés, y, después, a Mohamed Bakkali, que era socio del condenado en ese negocio. 

Zbakh reconoció ante la juez que fue él quien "atendió" a "dos chicos" que compraron "por nueve o 10 euros" las tarjetas "antes del 11 de marzo", estando junto a él Bakkali, a quien preguntó si podía hacerles una rebaja en el precio, porque "no los había visto anteriormente por la tienda". En otras dos ocasiones insistió en que era la primera vez que acudían al locutorio, añadiendo que cree que Zougam "tampoco los conocía" y que no recuerda que saliera al mostrador para saludarles. También dijo que "Jamal nunca le ha hecho comentarios extremistas", que el 11-M y los días siguientes "hablaron sorprendidos de los hechos" y que el "comportamiento" del único autor material que cumple condena "fue el mismo que el de siempre".  

Declaración voluntaria  

El trabajador de la tienda recordó cómo, después de ser arrestados sus jefes el sábado 13 de marzo, él acudió voluntariamente el lunes a la comisaría para ofrecerse a colaborar. Le tomaron declaración y lo mandaron de vuelta a su casa. Dos días después, sin embargo, él también fue arrestado, tras dar por bueno la Policía el reconocimiento que hizo un perturbado mental, que dijo haber visto a Zbakh con un "radiotransmisor" en la estación de El Pozo, llevando "el pelo corto pintado de color rubio amarillento, no teñido, como apelmazado por la pintura". Fue en esa estancia en prisión cuando supo por la prensa que una de las personas a las que él vendió personalmente las tarjetas era "el denominado El Chino", jefe de la célula que atentó el 11-M. En junio de 2004, fue excarcelado y exonerado de cualquier posible responsabilidad ante la ausencia absoluta de nada que le incrimine. Luego, no recibió ninguna citación para el juicio ni "jamás" la defensa que entonces tenía Zougam le propuso como testigo. Tras él declaró Bakkali, que confirmó ese relato, que él ya había ofrecido al juez Del Olmo en junio de 2004 y al diario "El Mundo" en una entrevista. Aunque dijo no recordar si eran uno o dos los acompañantes de El Chino -que podrían ser, según él, los hermanos Oulad Akcha, como aquél suicidados en Leganés-, identificó como el jefe terrorista a "uno bajito con ropa deportiva" que, en su presencia, le compró "unas 10 o 12 tarjetas" a Zbkah "por nueve euros". 

Al día siguiente, según Bakkali, El Chino volvió a la tienda "quejándose de que una tarjeta no tenía saldo". Según dijo, fue en la cárcel, tras ver una foto en el periódico, cuando reconoció a ese comprador. 

'No salió para saludar' 

El socio del locutorio aseguró que, cuando se produjeron esa venta y esa devolución, Zougam se encontraba en el sótano de la tienda "y no salió para saludar". En el sumario no consta, de hecho, ningún vínculo entre el marroquí y los autores de la matanza. Bakkali también narró cómo el 13 de marzo él compró el periódico en el quiosco de la plaza de Lavapiés y leyó junto a Zougam "que había una mochila en una comisaría": la que contenía la prueba que podía incriminarles. Desde que vieron la noticia hasta que horas después fueron detenidos en la tienda, sin embargo, "la actitud de Jamal fue normal". Como Zbakh, también dijo que no fue citado a declarar en el juicio y que Zougam "nunca le ha hecho comentarios extremistas ni religiosos extremistas" y que ni el 11-M "ni en días anteriores Jamal tuvo una actitud distinta a la que tenía siempre". 

Ahora, 9 años después, se duda de que el único condenado por el 11M sea realmente culpable

El único condenado como autor material de los atentados del 11-M,Jamal Zougam, lleva nueve años en prisión y mantiene que es inocente.
Dudas razonables sobre la venta de las tarjetas en la tienda de Zougam se suman al caso del testimonio de las rumanas,que dijeron haberle reconocido en los trenes y cuya verosimilitud está en entredicho -años después del atentado, dijeron que sí le habían visto y le situaron a la misma hora en dos trenes diferentes-.

Así, la Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado investigar si en efecto las tarjetas utilizadas en las mochilas bomba del 11-M fueron suministradas al grupo terrorista por Jamal Zougam, o si por el contrario resultó que simplemente fueron despachadas en una venta ordinaria por un empleado. Dicha orden recoge que denegar esta prueba con "una fórmula estereotipada" -así lo hizo la instructora del caso- es "vulnerar" el derecho de defensa de Zougam. El fundamento en el que se basó la condena a Zougam pasaba por la prueba de cargo -las tarjetas telefónicas- y el testimonio de dos rumanas cuya posible falsedad se está investigando. La Sección Penal Cuarta de la Audiencia Provincial considera que una investigación sobre las tarjetas telefónicas es necesaria por su "evidente relación" con la imputación por falso testimonio contra las dos ciudadanas rumanas. Tanto es así que el propio socio de Zougam reconoció en sede judicial el pasado año haber sido él, y no Zougam, quien vendió las tarjetas. (...)

1) Según la versión oficial, en los trenes se usaron bombas con móviles, los cuales incorporaban una tarjeta telefónica. El lote de tarjetas se vendió en el comercio propiedad de Jamal Zougham y la sentencia del 11-M considera hecho probado que fue Zougham quien suministró esas tarjetas. Ese hecho, y el insostenible testimonio de dos testigos oculares rumanas que dicen que le vieron en los trenes, son lo que ha llevado a Zougham a la cárcel como único condenado por colocar bombas en los trenes.

2) Sin embargo, aún aceptando esa versión oficial, la historia de la venta de las tarjetas hace aguas por todas partes: En primer lugar, es absurdo que un terrorista "venda" a sus compañeros de comando un lote de tarjetas. ¿Zougham estaba dispuesto a poner bombas, pero no a poner de gratis las tarjetas telefónicas para fabricarlas? En segundo lugar, ¿qué sentido tiene que el jefe del comando terrorista se pase por la tienda (¡dos veces, según consta en el sumario!) a por las tarjetas que le suministra otro miembro del comando terrorista? ¿No se podía hacer entrega de las tarjetas de las bombas de manera un poquito más discreta, en cualquiera de las reuniones que tuvieran para preparar el atentado? Pero además, es que en el sumario consta que quien hizo esa venta fue un empleado de Zougham, no Zougham. Pero el juez Bermúdez ni siquiera llamó a declarar a quien en el sumario había realizado esa afirmación.

3) Desde el punto de vista de la defensa jurídica de Zougham, probablemente sea correcto el agarrarse a estas circunstancias para denunciar la incoherencia de la versión oficial en este punto y solicitar que ese anule esa falsa "prueba" contra Zougham: sin cuestionar el conjunto de la versión oficial, se pide simplemente que se anule una parte especialmente escandalosa de la misma.

4) Sin embargo, y aunque la defensa de Zougham no quiera entrar en eso, la cosa va, en realidad, mucho más allá. Zougham no pudo vender las tarjetas telefónicas usadas en las bombas, por la sencilla razón de que en las bombas de los trenes no se usaron móviles, ni tarjetas teléfonicas. Como ya escribí en otra ocasión: ¿Por qué suponemos que en las bombas de los trenes había "tarjetas"? ¿Acaso porque en la mochila de Vallecas había una tarjeta telefónica? ¿Pero no está suficientemente claro ya, a estas alturas, que la mochila de Vallecas es más falsa que una moneda de 3 euros? Era una mochila que aparece en comisaría 18 horas después del 11M, que nadie vio en los trenes, que estaba preparada para no explotar y, lo fundamental: era una mochila llena de metralla, mientras que en las autopsias de los muertos del 11M no había metralla terrorista. En suma: las bombas de los trenes NO PUDIERON SER como la mochila de Vallecas. La mochila de Vallecas es una prueba falsa, una prueba colocada. Por tanto, de la misma forma que el que la mochila de Vallecas llevara Goma2-ECO NO IMPLICA que las bombas de los trenes llevaran Goma2-ECO, el hecho de que en la mochila de Vallecas hubiera teléfono y tarjeta NO IMPLICA que las bombas de los trenes tuvieran teléfono y tarjeta. De hecho, como ya demostró Casimiro García Abadillo, todo lo del teléfono programado a las 7:40 es una completa filfa, un montaje.

(...) La inocencia de Zougham NO se deduce de que él no vendiera las tarjetas utilizadas en las bombas, sino que la inocencia de Zougham se deduce del hecho de que las bombas de los trenes NO UTILIZABAN tarjetas.

Editorial de El Mundo : Una oportunidad para acercarse a la verdad del 11-M 

LA ORDEN de la Audiencia de Madrid de que se esclarezca si las tarjetas de los móviles utilizados para activar las mochilas bomba del 11-M fueron realmente «suministradas» por Zougam es un gran avance para conocer la verdad y supone reconsiderar uno de los pilares sobre los que se asienta la sentencia del caso. La resolución judicial, adoptada unánimemente por tres magistrados, se produce a raíz de la investigación por falso testimonio a las dos rumanas que dijeron haber visto a Zougam en los trenes el día de los atentados y supone un varapalo a la juez instructora y a la Fiscalía, que se negaban a abrir esas pesquisas. Sólo la sospecha de que un hombre inocente puede estar en prisión debería haber sido suficiente para acceder a la petición de su defensa. Hay que tener en cuenta que ambos hechos, el del suministro de las tarjetas y la declaración de las rumanas, tienen mucho que ver, por cuanto si se demuestra que Zougam no las vendió personalmente en su locutorio y nunca conoció cuál iba a ser su utilidad, la verosimilitud del testimonio de las testigos se debilita, y viceversa. El caso es que, seis años después de la sentencia del 11-M, las dos pruebas fundamentales que llevaron a la única condena por la autoría de la masacre están en cuestión. Asistimos además a una semana clave, puesto que el miércoles deben declarar las dos ciudadanas rumanas que dijeron haberle reconocido. Conviene recordar que si han sido llamadas por un juzgado es gracias a las revelaciones de este diario, que desveló en su día que una de ellas fue descartada inicialmente como víctima de los atentados y sólo obtuvo esa consideración cuando declaró contra Zougam. Podrá sorprender que casi una década después de la tragedia aún se estén investigando estas cuestiones, pero eso sólo demuestra la chapuza de la instrucción de Del Olmo, el escaso interés que el Tribunal puso por llegar hasta el final de los hechos y lo mal defendido que estuvo Zougam, quién sabe si de forma deliberada. Es muy raro, por ejemplo, que la sentencia de Bermúdez dé por probado que Zougam «suministró» las tarjetas y que nunca declarase en el juicio Bakkali, socio del marroquí en el locutorio que durante la instrucción aseguró que fueron vendidas en el mostrador por otro empleado. Por contra, debemos felicitarnos de que, pese a todos los defectos y frustraciones que genera el funcionamiento de la Justicia en España, la resolución de la Audiencia de Madrid en este asunto indica que el Estado de Derecho funciona y permite que la búsqueda de la verdad no se agote ni siquiera tras una sentencia firme. Zougam tiene así una nueva oportunidad de demostrar su inocencia. Hoy desvelamos algo sintomático: que en todas y cada una de las conversaciones que estos años ha mantenido con amigos y familiares se ha declarado inocente, como constatan los controles policiales en la cárcel. Ahora que se habla de que las distintas asociaciones de víctimas podrían unirse para conmemorar juntas el aniversario de la masacre, habría que aplaudir el gesto, pero mejor aún sería que colaborasen para el esclarecimiento de la verdad, de manera que no siga ocurriendo que la entidad que preside Pilar Manjón intente impedir que se practiquen nuevas diligencias.
porandalucialibre

martes, 29 de octubre de 2013

El Constitucional niega el amparo a un condenado del 11-M

El Tribunal Constitucional ha denegado el amparo que le había solicitado Antonio Toro, condenado por facilitar explosivos para los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y que solicitaba una reducción de condena alegando que no se habían descontado los periodos que pasó en prisión preventiva antes de que se dictara sentencia por este asunto.

No saldrá de prisión hasta el 30 de marzo de 2022.
Toro, que acumula tres condenas diferentes, buscaba que se restaran de su condena los 1.064 días que pasó en prisión provisional por el 11-M y los otros 219 por la 'operación Pipol' en cumplimento de la denominada "doctrina del doble cómputo" establecida en 2008 del Tribunal Constitucional. Acumula una tercera condena por tráfico de drogas. Concretamente, el recurrente alegaba vulneración del derecho a la libertad al considerar que ni la Audiencia Nacional ni posteriormente el Tribunal Supremo le habían descontado los diferentes periodos de tiempo que pasó en prisión preventiva del total de 18 años que tiene que cumplir tras haberse acumulado las penas correspondientes a las tres diferentes causas en las que ha sido condenado. La doctrina del "doble cómputo" penal, no aplicable a este caso según el tribunal de garantías, fue establecida en 2008 y señala que el tiempo que un recluso ha permanecido en prisión provisional debe descontársele, a efectos de cómputo de la pena, de todas las condenas firmes, pues lo contrario supone una vulneración del derecho a la libertad establecido en el artículo 17.1 de la Constitución. 

La resolución dada a conocer este jueves confirma lo señalado en mayo de 2010 por el Tribunal Supremo, que rechazó un primer recurso presentado por Toro, condenado a 4 años de prisión por facilitar los explosivos del 11-M junto con su cuñado, el también condenado Emilio Suárez Trahorras. Toro pretendía reducir su condena en 1.283 días, si bien ahora se confirma la decisión adoptada en su día por la Audiencia Nacional para que no salga de prisión hasta el 30 de marzo de 2022. El 12 de enero de 2009, la Audiencia Nacional acordó por auto la acumulación de las condenas impuestas a Toro en los tres procedimientos antes señalados. La sentencia, lejos de aplicar la citada doctrina del "doble cómputo", el caso de Toro es diferente, porque al demandante le ha sido fijado un límite máximo de privación de libertad, de 18 años, para cumplir las tres condenas derivadas de tres procedimientos diferentes como si hubieran sido enjuiciadas en la misma causa.
elmundo

Gabilondo señala a las víctimas “el límite de sus derechos”: “No pueden dirigir la política de este país”






Este hombre no se da cuenta del daño que hace, que caradura...

Las víctimas deben comprender “el límite de sus derechos”, que no es otro que el del resto de los ciudadanos. “Tienen derecho a la generosidad del Estado, pero no a dirigir la política de este país, ni la política antiterrorista ni penitenciaria, ni la política de justicia”. Esto es algo que deben saber las víctimas, según señala este lunes Iñaki Gabilondo, en sus reflexiones, en El País y la SER.
La justicia democrática se imparte desde la imparcialidad
“Ellos se creen que como su dolor es grande tienen más derecho que nadie a dictar esa política de Justicia, pero es justamente al revés. Como están implicados, precisamente por sus implicaciones afectivas deben ser apartados. La justicia democrática se imparte desde la imparcialidad”, afirma Gabilongo en su videoblog.
 Lo que al PSOE y al PP no quieren escuchar
El periodista inicia sus comentarios recordando que “durante mucho años” las víctimas “fueron olvidadas”, hasta que llegó el PP al Gobierno. “Al PSOE no le gusta oírlo, pero es la verdad”, puntualiza Gabilondo, que, a continuación, afirma que los populares descubrieron luego “el gran filón que el dolor de las víctimas constituía y comenzaron a hacer un uso indebido de ese dolor”. “Empezó a hacer un uso indebido de ese dolor. Lo usó como munición política. Al PP no le gusta oírlo, pero es la verdad”, añade el veterano periodista.
Las verdades que las víctimas no les gusta escuchar
Según apunta Gabilondo, “hay algunas verdades que a las víctimas del terrorismo no les gusta oír pero que es la verdad y alguien tiene que decírselas y se las va a tener que contar el PP”. Aunque considera que “ahora mismo no está en la condición en la que antes estaba de interlocutor perfectamente aceptado. Rajoy había llamado traidor a Zapatero. Ayer, las víctimas llamaron traidor a Rajoy”. El límite de los derechos “¿Qué deben escuchar las víctimas?. Deben escuchar cuál es el límite de sus derechos. Las víctimas tienen derecho a muchas cosas, seguramente a muchas más cosas que las que les está ofreciendo esta sociedad. Yo creo que nunca sería excesivo lo que la sociedad les fuera a otorgar. Tienen derecho a la generosidad del Estado, pero no tienen derecho a dirigir la política de este país, no pueden dirigir la política antiterrorista de este país, la política penitenciaria y la política de justicia. Ellos se creen que como su dolor es grande tienen más derecho que nadie a dictar esa política de Justicia, pero es justamente al revés. Como están implicados, por sus implicaciones afectivas deben ser apartados. La justicia democrática se imparte desde la imparcialidad”, subraya Gabilondo.
Nunca será suficiente para las víctimas Iñaki Gabilondo reconoce que “nunca será suficiente para las víctimas del terrorismo la justicia que se puede aplicar”, pero insite en que alguien tiene que decirles sus límites. El periodista critica, además, que “el sector más radical sigue empujándoles, usando su dolor de manera lastimera, aprovechando su dolor para mantenerles en el error”. elplural

domingo, 13 de octubre de 2013

"El 11-M se podría haber evitado con un mayor gasto en inteligencia", según Eduardo Serra

"El 11-M se podría haber evitado con un mayor gasto en inteligencia", así de rotundo se ha mostrado el ex ministro de Defensa Eduardo Serra, durante la presentación del Policy Paper 'La defensa que viene. Criterios para la reestructuración de la defensa de España'. Durante su intervención, aseguró que "era una broma" que mientras la gran mayoría de los países occidentales destinan a Defensa un porcentaje superior al 2% de sus presupuestos generales, en España se destina únicamente el 0,57%.
Según los datos de la OTAN, entre 1986 y 2012 el PIB español per cápita aumentó el 167,1% mientras que su gasto en defensa lo hizo en el 13,3%. Según explica el Instituto ElCano, el presupuesto se ha ido reduciendo tanto en periodos de crecimiento como en periodos de contracción hasta ocupar posiciones que no se corresponden con su posición económica.
En este sentido, España en 2010 dedicó a Defensa un 1,05% de su PIB (7.055 millones de euros), lo que le lleva a ocupar el lugar 15 sobre 26 países europeos. Su inversión en equipo por soldado es de 11.004 euros mientras que la media se sitúa en 26.458 euros. Entre 2008 y 2012 el gasto de Defensa se redujo el 4,1% en EEUU, el 20,40% en Europa y el 29,1% en España. Lo que significa que Turquía, Polonia y los Países Bajos sobrepasan a España, que se sitúa en el vigésimo lugar a nivel mundial y en el séptimo lugar europeo.

Por otro lado, el autor del 'Policy Paper', Félix Arteaga, ha explicado que España debe "planificar rigurosamente, gastar mejor y explicar el gasto militar de forma que se puedan estabilizar y equilibrar los presupuestos de Defensa". A su juicio, en nuestro país se ha "gastado mal" en este aspecto, y ahora no existe un "colchón del que poder tirar"

lainformacion

Spain Struggles to Absorb Worst Terrorist Attack in Its History (Extracto de la publicación en el digital del NY Times el día de los atentados)

MADRID, March 11 - Ten bombs ripped through four commuter trains in Madrid during the morning rush hour on Thursday, killing at least 192 people and wounding more than 1,400 in the deadliest terrorist attack on a European target since World War II.
 Spanish authorities initially blamed the Basque separatist group ETA. But after finding a van near Madrid with detonators and a tape of Koran verses, they held open the possibility of Islamic terrorism. A group claiming links to Al Qaeda took responsibility for the attacks in a letter delivered to an Arabic newspaper, but an American counterterrorism official said the claim should be viewed skeptically.

Spain, an American ally in the war on Iraq, has 1,300 troops stationed there and was explicitly threatened in an audiotape last October reportedly made by Osama bin Laden. As the country struggled to absorb the devastation, three days before general elections, Prime Minister José María Aznar said, ``March 11 now has its place in the history of infamy.'' The bombings came in coordinated explosions within a 10-minute period shortly before 8 a.m. The police found and detonated three other bombs.

At the main Atocha commuter station in the heart of Madrid, just a block from the Prado Museum, an explosion cut a train in two, sending pieces of metal high into the air. Bloody victims crawled from mangled train cars and staggered into the streets. Other victims were found burned to death in their seats. There, and at the nearby Santa Eugenia and El Pozo stations, broken bodies and body parts were thrown along the platforms as rescue workers struggled to separate the dead from the wounded. Amet Oulabid, a 23-year-old carpenter, said he got off the front of the train at the Atocha station just seconds before the bomb went off in one of its rear cars. ``I saw bodies flying,'' he said. ``There was a security guard dripping with blood. People were pushing and running. I saw a woman who had fallen on the tracks because people were pushing so hard. I escaped with my life by a hair.'' At El Pozo, just east of downtown Madrid, Luz Elena Bustos, 42, got off a nearby bus just 10 minutes before the explosion at that station. ``There were pieces of flesh and ribs all over the road,'' she said. ``There were ribs, brains all over. I never saw anything like this. The train was blown apart. I saw a lot of smoke, people running all over, crying.'' People combed the city's major hospitals in search of family members who they thought were aboard the trains. ``Oh, please, God! This can't be happening,'' said Carmen Gómez, 47, sobbing as she studied a patient list in vain at Gregorio Marañon Hospital, seven hours after the terrorist attack. ``How could a human being do this?''

Most of the victims were ordinary middle- and working-class people and university students commuting into Madrid, though children were also among the dead. Spanish authorities immediately pointed to the Basque group ETA, which has been seeking independence for more than three decades. ``It is absolutely clear that the terrorist organization ETA was seeking an attack with wide repercussions,'' Interior Minister Ángel Acebes told a hastily called news conference. But later, he was less categorical, after investigators found the van with the detonators and the Koran tape. The van, which had been stolen in Madrid on Feb. 28, was found in Alcalá de Henares, the birthplace of Cervantes, which was the departure point for three of the four trains bombed on Thursday morning. ``Because of this, I have just given instructions to the security forces not to rule out any line of investigation,'' Mr. Acebes said. But he added that ETA remained the ``main line of investigation.'' He said more than 220 pounds of dynamite packed into backpacks was used in the attacks.

Arnaldo Otegi, leader of Batasuna, ETA's political wing, which has been banned in Spain, said ETA probably was not behind the attacks. He said the attack could have been the work of ``Arab resistance.'' Another senior Spanish official said in an interview that the bombs used titadine, a kind of compressed dynamite found in a van containing 1,100 pounds of explosives that was intercepted last month as it headed for Madrid. Two suspected ETA members were arrested at the time. The official added that the government believed the dynamite was stolen from France three years ago. ``This material has a kind of signature on it,'' the official said. On Dec. 24, the police foiled a plot that would have detonated two bombs in a train after it arrived at a Madrid station. They seized a man with a bomb in San Sebastián, a Basque city. He had a ticket for the train, and when the police halted the train and searched it, they found a second bomb.

The letter claiming responsibility for the attack on Thursday was delivered to Al Quds Al Arabi, a London-based Arab newspaper. It also said an attack on the United States was on the final stages of preparation. ``We bring the good news to Muslims of the world that the expected `winds of black death' strike against America is now in its final stage,'' the letter said, adding that the strike was ``90 percent'' ready ``and, God willing, near.'' The government declared a three-day period of mourning and political parties called off all remaining campaign events, although the elections will proceed Sunday as scheduled.
On Thursday evening, Prime Minister  Jean-Pierre Raffarin of France raised the terrorism alert level in France from yellow to orange, meaning that a criminal or terrorist attack is considered possible.
nytimes

viernes, 20 de septiembre de 2013

Los restos de los trenes del 11-M, abandonados y al alcance de todos en una fábrica abandonada de Villaverde en Madrid (que.es)

Hace algo más de un año conocimos que existían unos restos de los trenes de los atentados del 11-M que eran desconocidos hasta ese momento. Se encontraban en una fábrica ferroviaria del distrito de Villaverde, que se encargó de ponerlos a buen recaudo con vigilancia privada incluso. La Guardia Civil precintó la caseta donde estaban y los puso a disposición de la Fiscalía. Hoy la fábrica está abandonada pero los restos del 11-M siguen allí y ahora al alcance de cualquiera que quiera o pueda llevárselos. Que.es lo ha comprobado en persona. "Ven, pasa conmigo a ver el grafiti que he hecho, que vas a flipar". Lo primero que me encuentro al llegar a Tafesa, en el madrileño distrito de Villaverde, es a dos niños colándose en la fábrica abandonada para 'fardar' de grafiti. No son los primeros ni los últimos. En la verja de la entrada principal hay un agujero para entrar pero los jóvenes grafiteros que me hacen de guía son más prácticos: abren la puerta y pasan. Así de simple. La empresa, que ocupa una gran superficie y tiene una decena de módulos y gigantescas naves, está totalmente abandonada desde hace algunas semanas. Tafesa se dedicaba a fabricar y reparar material ferroviario y remolques terrestres. Cientos de metros cuadrados hasta donde los grafiteros con los que he pasado ya no llegan. Tafesa esconde al fondo su particular tesoro, ahora también abandonado. Tras andar más de un centenar de metros llegamos a él. Una caseta destartalada que dentro alberga los únicos restos que existen de los trenes del 11-M. La caseta estaba precintada por la Guardia Civil. "Efectos a disposición de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Madrid. Diligencias de Investigación nº 73/2012. Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid Sector Escultores nº 10, 28760 Tres Cantos (Madrid)". Así rezan los carteles que están en la caseta. Dicha estructura está ya abierta. Dentro, los restos de los trenes, en concreto de uno de los de dos plantas. Se trata de un vagón despiezado, su carrocería. Se pueden ver perfectamente los bajos, los laterales con las ventanas, los colores rojo y blanco del tren... Y están ahí, al alcance de cualquiera que quiera o pueda llevárselos. Los restos se descubrieron en febrero de 2012. Por aquél entonces la empresa estaba funcionando e incluso había un vigilante las 24 horas que impedía que nadie se acercara a los restos. Decenas de periodistas acudieron al lugar del hallazgo a intentar ver el contenido de esa caseta y las asociaciones de víctimas pidieron que esos restos se mantuvieran a buen recaudo. Así fue... hasta ahora. El precinto de la Guardia Civil está roto y la caseta abierta. La empresa fue la encargada hace ya más de 9 años de reparar uno de los trenes afectados, en concreto el de Santa Eugenia, y se quedó con esas piezas que al parecer el juez que investigaba el caso ignoraba su existencia. que.es